La adolescencia es una época de la vida que marca la transición entre la infancia y el estado adulto. Por lo general, se considera que comienza alrededor de los 12 o 13 años y finaliza hacia los 19 o 20 años. Durante este periodo, se producen grandes cambios y el adolescente verá como se desarrollan en él aspectos como el físico, el intelectual, el social, etc.
La adolescencia es el momento de nuestras vidas en que realmente comenzamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y a encontrar nuestro lugar en él. Este aprendizaje implica el intentar nuevas experiencias, algunas de las cuales pueden resultar arriesgadas o incluso peligrosas. Los jóvenes a esta edad anhelan la excitación en una forma que la mayoría de los adultos encuentran difícil de comprender, sobre todo las actividades excitantes que pueden resultar peligrosas. Afortunadamente, la mayoría de los jóvenes buscan estas sensaciones en la música, el deporte u otras actividades que precisan de gran cantidad de energía pero que conllevan un escaso riesgo físico real.
Esta enfermedad se caracteriza por los siguientes elementos:· Deseo insaciable: el deseo o necesidad fuerte y compulsiva de beber alcohol.
· Pérdida de control: la inhabilidad frecuente de parar de beber alcohol una vez la persona ha comenzado.
· Dependencia física: la ocurrencia de síntomas después de abstinencia tales como vómitos, sudor, temblores, y ansiedad cuando se deja de beber después de un período de consumo de alcohol en grandes cantidades. Estos síntomas son usualmente aliviados cuando se vuelve a beber alcohol o se toma alguna otra droga sedante.
Tiene muchos efectos físicos y psicológicos que hacen que la persona cambie su comportamiento, y esto tiene que ver con factores personales y hereditarios.
El alcoholismo es complejo y se desarrolla con el tiempo.
Es conveniente distinguir diferentes tipos de bebedores:
Personas que siempre que se encuentran en una situación social necesitan beber para sentirse mas sueltas y divertidas. Pueden estar sin beber, pero en reuniones sociales no limitan el consumo de alcohol.
Bebedores que toman mucha cantidad de alcohol, independiente o no de las comidas y casi todos los días de la semana. Para estos, la bebida es una parte importante de su vida y una fuente de placer y diversión. A pesar que durante el día toman mucho alcohol no han perdido la capacidad de controlar cuanto y hasta cuanto tomar, por lo que rara vez llegan a tener complicaciones sociales, familiares o laborales. El bebedor fuerte suele elegir cuando, donde y con quien beber.
Suelen ser grupos de “compañeros” con los que salir a “festejar” y ya antes de comenzar la fiesta tienen intención de emborracharse.
La línea que separa a este bebedor de los anteriores “bebedor problema”, es la perdida de control sobre la ingestión de alcohol. No puede elegir el momento ni la cantidad, ni los efectos del alcohol en su organismo. En estos casos, y progresivamente, aparecen trastornos asociados con el alcoholismo en todas las áreas de su vida.
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